Movida por mi afición por retratar los lugares que me rodean, desde el año 2005 hemos visitado en varias ocasiones La Bardenas Reales de Navarra. La mayor parte de las fotos corresponden a nuestro último viaje en marzo de 2008.

Siento fascinación por su paisaje árido y erosionado y por esa sensación de estar en un lugar lejano que transmite. No es un terreno fácil para el visitante por lo extremado de su climatología, excesivo frío en invierno y mucho calor en verano, además del cierzo que sopla con intensidad gran parte de los días.

Pero a pesar de todas estas vicisitudes te verás gratamente recompensado cuando la luz inunda su inmensidad, pintando todos los rincones de unos tonos ocres y rojizos que son la delicia de cualquier fotógrafo. Es en ese momento cuando la belleza de las Bardenas se manifiesta en todo su esplendor y te cautiva para siempre con la magia de su luz.



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